Etapa I. Espectador.
Al recibir la noticia de que
nuestro hijo o familiar tiene parálisis cerebral, los progenitores suelen no
tener capacidad de entender la situación por la que pasan, desconocen de qué se
trata, nada parece real, se sienten espectadores.
Etapa II Miedo.
El afectado no puede pensar en la
realidad, está paralizado por el miedo, miedo a toda la situación, a no poder
asumirla, a cómo va a ser la vida a partir de este momento, pese a recibir
apoyo de otras personas se siente solo e incapaz, vacío, desamparado.
Etapa III Sentimiento de Culpa.
Superado o mantenido el estado de
miedo, es habitual que los padres y familiares del afectado hagan un análisis
de sus propios actos buscando cómo culparse por la situación. Se trata de un
autocastigo que parece provenir de la idea subconsciente de que puede
corregirse la realidad si sufrimos por lo ocurrido.
Etapa IV Negativa a volver a la
vida normal.
Pese a haber contactado con otras
personas, haber leído casos en los testimonios y foros, haber consultado a
abogados incluso haber iniciado un procedimiento, el familiar suele verse sin
fuerzas para continuar y asumir la nueva situación en la que se
encuentra.
Etapa V Afirmación de la
realidad.
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